Reseña "La arquitectura del océano" de Inés Garland

La arquitectura del océano, de Inés Garland. 
Por Victoria García Visconti 

En los tiempos que corren, donde la literatura argentina no cesa de regalarnos majestuosas y preciadas piezas de escritura, vale la pena distinguir un sobresaliente libro de una extraordinaria novelista de nuestra tierra como lo es Inés Garland. La arquitectura del océano, lanzado en 2014 y editado por Alfaguara, nos concede la grata experiencia de sumergirnos en dieciséis fascinantes y breves cuentos que son un verdadero obsequio para el corazón. 

La grandeza de la autora se revela desde sus iniciales publicaciones tales como El rey de los centauros (2006), Una reina perfecta (2008), la preciosa novela juvenil Piedra, papel o tijera – publicada en el año 2009 y por la que ha obtenido el Premio Deutscher Jugendliteraturpreis, uno de los más importantes del mundo editorial y literario en Europa-, El jefe de la manada (2014), hasta su más actual escrito Una vida más verdadera (2017), entre otros. 

Encubriendo quizás un juego autobiográfico, Garland le concede a la figura de la mujer el rol principal en la mayoría de sus historias y, tal como era de esperarse, los relatos que conforman La arquitectura del océano no escapan de ello. Distanciándose de los cuentos tradicionales, las narraciones allí presentes nos deleitan con apasionantes y trascendentales tramas en las que las mujeres protagonistas, en sus diversas etapas de la vida – infancia, adolescencia y adultez -, afrontan situaciones frecuentemente observadas y experimentadas en nuestra realidad, pero con un matiz peculiar. 

Nos encontramos frente a una gran escritora contemporánea que logra, gracias a su destreza narrativa y bajo un punto de vista femenino, abordar múltiples fenómenos de la cotidianeidad de una forma sencilla, profunda y reflexiva, consiguiendo la identificación del lector/a con las delicadas líneas redactadas. El primer amor, la pérdida de la inocencia, los dramas adolescentes, las dificultades y responsabilidades de la vida adulta, el deseo y la pasión sexual, la desolación del corazón a causa de un querer no correspondido y el desgaste de los vínculos familiares y afectivos, han de ser algunas de las cuestiones que atraviesan a los emblemáticos cuentos de Garland, traspasando las hojas del libro para despertar en el lector/a una sensibilidad única e imperdible. 

Con una propuesta auténtica, sutil y conmovedora, la autora cautiva a todo aquel que tenga la dicha de leer sus encantadoras producciones literarias. Su estilo intimista, su utilización magistral de un lenguaje corriente, su idónea instalación de un narrador omnisciente en la mayoría de los relatos que conoce los pensamientos y sentimientos de los personajes y su talento imponderable para estimular la imaginación del lector a partir de su apuesta a los finales abiertos e introspectivos, permite lograr un valioso y cálido efecto de cercanía de éste con el cuento que se presenta ante sus ojos. 

La escritura de Garland, límpida, minuciosa, suelta y simpática, propicia la creación un agradable clima de confianza que envuelve la escena de lectura, invitándote a adentrarte en la piel de las protagonistas y vivenciar sus distintas historias con una emotividad inminente. Los cuentos El rayo verde, Oscar, La cautiva y Nada que hacer se constituyen como unos de los ejemplos mejor logrados de esta afinidad del lector con el personaje principal de cada relato. ¿Acaso te vas a privar de conocerlos? 

Las maravillosas creaciones de esta asombrosa narradora argentina, gustarán mucho a quienes abrazan a los libros como compañeros de vida. Los dieciséis relatos presentan las historias de valientes mujeres, con edades y posiciones sociales diferentes, atravesando épocas y circunstancias distintas, inundadas de pensamientos y emociones particulares, cuyos caminos y vivencias merecen con fervor ser contadas y conocidas. 

La autora nos conquista con sus crónicas aparentemente leves y suaves, aguardando el momento oportuno para develarnos la trama oculta, fuerte y áspera que éstas encierran. Su acertado uso de la prolepsis en variadas ocasiones nos impide abandonar la lectura de sus intrigantes líneas pues nos devoran las ganas de saber cómo acabarán. Sus relatos contagian sensaciones indescriptibles y sus palabras emanan una mezcla de sabiduría, dolor, ternura y amor que moviliza a cualquier persona cuyo corazón sigue latiendo. 

Garland, aparte de ser una admirable escritora de cuentos y novelas, dicta talleres de escritura creativa y se dedica a la traducción de poesía. Es este último rasgo personal de la autora el que con tanta belleza y encanto se plasma en la mayoría de los cuentos que integran al libro en cuestión; sus desenlaces llaman a la pausa y a la reflexión individual ahondando sobre aspectos profundos que habitan en la intimidad de cada lector/a. 

La arquitectura del océano es un libro en que merece un lugar en los estantes de nuestra biblioteca pues sus diversos textos nos permiten abrazar a la literatura de un modo peculiar e inaudito. Garland se dirige a quien se encuentra del otro lado del relato con una transparencia, naturalidad y simpleza tan seductora y hermosa que, tal como ella lo menciona en uno de los cuentos, es como si nos hubiera dejado “(…) el corazón a la vista sobre la mesa”. 

Hace más de cinco años que Inés Garland publicó este libro, pero, como toda buena obra literaria, su magia jamás se evanescerá.

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