Dos "cabezas de mi padre"
Alumna: García Visconti Victoria Pilar
Comisión: 07
Profesor: Castellano Santiago
Modalidad: Individual
A la hora de
elegir un cuento de un compañero/a con el objeto de analizarlo bajo la lógica de
las dos historias que ha planteado Piglia en su Tesis sobre el cuento, me he decidido por el relato La cabeza de mi padre, de Alberto
Laiseca. Dicha narrativa la he tomado de la compañera Florencia Mizrahi.
Aquí dejo el
link de dicho cuento si alguien desea leerlo: http://sinaloalee.blogspot.com/2011/09/la-cabeza-de-mi-padre-de-alberto.html
Tras la lectura del
cuento en cuestión, he podido observar que el mismo se edifica sobre la
estructura del cuento moderno. Para respaldar esta afirmativa, destaco la
notable y significativa tensión que invade al propio lector y que se mantiene
hasta el desconcertante (aunque esperado) final, como también así el argumento
que plantea Piglia acerca de la narración de dos historias como si fuesen una
sola, recurso o estrategia que se halla muy presente en esta historia.
Este cuento, narrado
en primera persona, nos da a conocer a un sujeto inseguro, no del todo cuerdo,
que recuerda a su padre y la relación que ha tenido con él hasta que lo mata
fríamente. El protagonista no muestra rasgos de remordimiento en su interior
tras haber hecho lo que hizo, pero sí nos abre paso a conocer su entristecida y
trastornada alma- mente que lo atormenta y oscurece de un modo incesante.
Desde mi
perspectiva, es posible hallar dos historias en este cuento, pero, como he
mencionado anteriormente, ambas son narradas como si fuesen una sola; es por
ello que quizá resulta confuso identificarlas puesto que comparten numerosos
elementos en común, aunque al paralelo. A mi entender, se apodera de la
historia superficial, el relato de la vida del narrador junto a su padre; quien
ha sido su único compañero tras la muerte de su madre y quien, al mismo, es
ensalzado por el protagonista al ser señalado “como un
gigante de cinco metros de altura, un genio, como un Dios, por tener el padre
que tenía era realmente privilegiado, privilegiado…”
A medida que
nos relata la historia visible, las crónicas con su padre, el relator nos
revela pequeños indicios de la historia oculta, es decir, aquella historia que
tiene lugar en la mente del personaje principal, del “ingenuo” asesino, en su
inconsciente. Es una narrativa particular dado que creo que ni el propio narrador
se da cuenta de que esta segunda historia existe. En su vida junto a su padre, las
cosas suceden de una forma, mientras que en su cabeza están ocurriendo otras;
pensamientos involuntarios que ni él percibe ni ha logrado percibir luego de 10
años del asesinato. ¿Por qué mata a su papá? ¿Qué se le cruzaba por la cabeza
en aquel momento? ¿Qué lo ha impulsado a llevar a cabo semejante atrocidad? Es
por ello que se da la estrategia de la doble historia como si fuese una, porque
la historia profunda, la que se pone en juego en la cabeza del narrador, jamás
se cuenta, porque este tampoco la conoce. He aquí la teoría del iceberg, lo más
trascendental, lo que él está pensando cuando lanza la flecha, nunca se
expresa, permanece escondido. La historia es una: el narrador mata a su propio
padre, pero al paralelo, en su mente, él no entiende qué está sucediendo. Él
mismo dice: “…me di cuenta que algo no
estaba bien…”.
“… me han traído a este lugar, y no comprendo por qué, la
verdad, yo siempre quise a mi padre…”. La historia
real, lo que sucede efectivamente, se mezcla con la ingenuidad del asesino. La mirada del propio narrador acerca de
la muerte de su padre, que es aquella que le acerca al lector, no es la misma
que poseen aquellos ojos externos al acontecimiento. Él no ve de igual forma lo
que hizo, como lo ven los demás. La segunda historia, la encubierta, está en la
cabeza del narrador, pensamientos, imágenes. ¿Qué razona? ¿Qué reflexiona su
mente? Seguirá sin resolverse.
Él quizá veía
el juego de la ballesta como un simple juego que no involucraba peligro alguno.
Idolatraba tanto a su padre que pensó que “…
una mísera flecha no le puede hacer nada…” ¿Tendrá una mente infantil? ¿Pensaba
que su padre era inmortal, intocable?
¿Sale a la luz
la historia profunda tras el asesinato? Desde mi punto de vista, no hay un
efecto sorpresivo que invada el final, dado que se retoma en cierto punto éste
al comienzo del cuento. El lector, por consiguiente, ya sabe que algo malo
ocurrirá.
En conclusión
y desde mi punto de vista, esta narrativa nos presenta un final que ha de
dejarnos perplejos, atónitos; pero no sé bien si por el asesinato en sí mismo o
por el intento de comprender que sucede por la mente del narrador al matar no
con una, sino con cinco flechas a su papá. Es un relato que nos hace pensar con
mayor intensidad, haciéndonos reconstruir la historia, volver sobre aquello que
no logramos interpretar. Hay un desafío de comprensión, entender el sentido
¿Por qué lo hace? Éste es el gran enigma que nunca se esclarecerá.
Comentarios
Publicar un comentario