Florecer en la escritura
Alumna: García Visconti Victoria Pilar
Comisión: 07
Profesor: Castellano Santiago
Modalidad: Individual
Comisión: 07
Profesor: Castellano Santiago
Modalidad: Individual
Consigna: Leer el texto de Ricardo Piglia, Los libros de mi vida. Paginas en una autobiografía futura, en el cuadernillo de Autobiografía 2020 y los fragmentos de Mientras escribo, de Stephen King, que vuelve su mirada a la infancia para encontrar claves del comienzo de su pasión por escribir. Componga un texto breve con sus reflexiones a partir de la lectura de los dos autores.
Tras la lectura de la narrativa de Ricardo Piglia “Los libros de mi Vida. Páginas de una autobiografía futura”, es posible afirmar, sin lugar a dudas, que ha de ser su auténtica crónica de vida la que se describe a lo largo de los numerosos fragmentos expuestos.
Ricardo Emilio Piglia Renzi utiliza al personaje de Emilio Renzi para relatar su propia historia. Es por ello que instala un narrador en primera persona encargado de “entrevistar” al protagonista.
“No recuerdo todo lo que he leído, pero puedo reconstruir mi vida a partir de los estantes de mi biblioteca”. Este ha de ser el procedimiento o recurso empleado por el autor para regresar sobre sus experiencias y vivencias pasadas; es decir, cuenta su historia aludiendo a escenas personales remotas vinculadas a diversos libros que han sido objeto de lectura del propio escritor en un determinado momento. La importancia no recae sobre dichos libros de forma directa, sino que lo que destaca es “… la impresión vivida que está ahí, ahora, descolgada, sin remitente, sin fecha, en la memoria. El valor de la lectura no depende del libro en sí mismo, sino de las emociones asociadas al acto de leer”.
“Me gustaría contar mi vida siguiendo esas escenas…”, es así como nacen los famosos “libros de mi vida”. Cada libro no solo trae a la luz anécdotas del pasado o historias familiares que vale la pena recordar, sino que existe un motivo más significativo por el cual son evocados por el propio autor. De forma discreta, Piglia nos ha ido revelando su camino como escritor marcando estas escenas de su vida; en cada una de ellas, el personaje, a medida que lee los respectivos libros, va “destapando” su atracción por la literatura hasta tal punto que es reconocido como escritor por el propio Jorge Luis Borges con tan solo veinte años de edad.
Tan pronto como avanzan las secuencias de su propia historia, se puede observar cómo se acrecienta esa pasión o emoción tan marcada por la lectura y la escritura (“Escribir, cambia el modo de leer”). El autor no la define como una vocación, sino más bien como un hábito o modo de vivir.
Sin embargo, Piglia sitúa la redacción de su autobiografía como algo lejano, “… si alguna vez me decidiera yo también a escribir una…”. Claro está que no nos hallamos ante una autobiografía modelo o directa, puesto que el autor, si bien abre la puerta de su vida interior, no se responsabiliza él mismo de contar los episodios de su historia, sino que delega dicha tarea en el personaje de Emilio Renzi. Capaz de forma inconsciente termina exponiendo su propia autobiografía dado que, en mi opinión, lo superan sus ganas de escribir.
“Se puede ver cómo es uno a lo largo del tiempo sólo con hacer un recorrido por los muros de la biblioteca…”, el relato retrospectivo es evidente, pero, ¿qué busca el autor? ¿que conozcamos su historia o su amor por la literatura y su configuración como narrador?
A diferencia de Ricardo Piglia, Stephen King esclarece desde sus inicios que su escrito “No es ninguna autobiografía, se parece más a un curriculum cuyo objetivo es explicar la formación de un escritor”. A lo largo del relato, el narrador rememora su infancia, aquel punto de partida de lo que sería luego su trayectoria en el mundo de la escritura; era una etapa que le había abierto los ojos hacia la literatura, dejándolo que descubriese que “Era capaz de escribir…”
Al fin y al cabo, las ganas de escribir en algún momento se asoman, no hay que rebuscarse demasiado, tal vez afloran de la forma más sencilla y tonta, a lo mejor transcribiendo tebeos u historietas de Combat Casey.
Finalmente, cabe destacar que ambos autores coinciden en que uno no se “hace” escritor, sino que es más bien algo personal, que nace en la interioridad de uno mismo. Que brota desde adentro. “Es un accesorio que viene de fábrica…” diría Stephen King o tan solo “se parece a una manía, un hábito, una adicción…”
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