Descubriendo las Nuevas Tesis sobre el Cuento
Alumna: García Visconti Victoria Pilar
Comisión: 07
Profesor: Castellano Santiago
Modalidad: Individual
Profesor: Castellano Santiago
Modalidad: Individual
Consigna: Leer el ensayo de Piglia Nuevas Tesis sobre el cuento (a continuación de las Tesis...): hacer una nota de lectura y anotar las ideas principales, preguntas que les surjan, ejemplos relacionados con el comienzo y el final de un cuento, y la idea del que recibe el relato.
Una vez más, Piglia nos concede numerosos y cautivadores párrafos con relación a la forma del cuento y su minucioso análisis. A medida que avanzamos sobre la lectura de los mismos, nos adentramos aún más en el desafío de compresión que implica la escritura. El mundo de la literatura ha de ser un reto para quien se atreva a conocerlo y explorarlo.
El cuento se ha convertido en el objeto de estudio, el eje sobre el que descansa no solo quien lo ha escrito, sino también el respectivo lector. Es el sitio donde se halla encerrado aquel misterio que espera con paciencia ser descifrado; es tarea del narratorio descubrir ese suspenso que se esconde tras las sombras de la historia superficial.
El autor busca que se desvele dicho relato codificado, secreto, sobre el que se edifica la forma del cuento. La táctica de la narración se basa en la iluminación de esta segunda historia, la que usualmente se revela al momento del desenlace. El inevitable final: “… parece involuntario, pero está predeterminado y es fatal…”. El remate, la aparición de lo oculto e invisible de forma inesperada y sorpresiva; aquel cambio de velocidad en el relato que en tan solo un instante nos aporta esa claridad ausente en el comienzo. Sin embargo, el lector en su interior intuye lo imprevisible, lo que aún no se muestra, pero que está allí, esperando el momento indicado para presentarse, para situarse debajo de la luz.
Por consiguiente, se pone en manifiesto el juego de la escritura y de la redacción: la manera en que logran engañarnos y desorientarnos a través de la elipsis, la intriga, la tensión y la espera que sostienen hasta el final; la irresolución de los hechos narrados y la revelación pausada de los elementos o detalles que abren paso a la propia imaginación. El autor, de forma silenciosa, le dedica a su lector imaginario aquella lógica desapercibida, no enunciada, sobreentendida, que envuelve discreta y perfectamente el sentido de la narrativa.
Me inquieta e interesa la idea de la percepción errada, el modo en que el escritor logra confundir y enredar a quien lo lee, postergándole el esclarecimiento de ese algo que estuvo desde el principio pero que sólo se hace ver cuando nadie lo espera. Uno cree estar descifrando la trama correcta, cuando en realidad, por debajo de ésta, se asoma otra que contiene la clave de todo el relato. La historia dentro de la historia, la que te hace volver sobre el cuento para encontrarle el sentido. En el fondo uno como lector la espera impacientemente, como aquel final imprevisto que sabes que llegará para interrumpir la infinitud del cuento.
Destaco también el concepto que plantea Borges acerca del doble vínculo de la narrativa, el mismo implica que todo aquello que oigo pueda ponerse en palabras y que éstas, a su vez, puedan contarse a viva voz. ¿Es posible en todos los relatos?
“La verdad de la historia depende siempre de un argumento simétrico que se cuenta en secreto”. Pero, ¿hasta dónde es posible llegar a la verdad en un relato? ¿Cómo logro entrar en esa trama desdibujada que encierra certeza? ¿Cómo cifrarla? Ese es el poder de la escritura y de las palabras. Contienen cierta magia y encanto que de a poco te van envolviendo. Al menos eso creo yo.
El cuento se ha convertido en el objeto de estudio, el eje sobre el que descansa no solo quien lo ha escrito, sino también el respectivo lector. Es el sitio donde se halla encerrado aquel misterio que espera con paciencia ser descifrado; es tarea del narratorio descubrir ese suspenso que se esconde tras las sombras de la historia superficial.
El autor busca que se desvele dicho relato codificado, secreto, sobre el que se edifica la forma del cuento. La táctica de la narración se basa en la iluminación de esta segunda historia, la que usualmente se revela al momento del desenlace. El inevitable final: “… parece involuntario, pero está predeterminado y es fatal…”. El remate, la aparición de lo oculto e invisible de forma inesperada y sorpresiva; aquel cambio de velocidad en el relato que en tan solo un instante nos aporta esa claridad ausente en el comienzo. Sin embargo, el lector en su interior intuye lo imprevisible, lo que aún no se muestra, pero que está allí, esperando el momento indicado para presentarse, para situarse debajo de la luz.
Por consiguiente, se pone en manifiesto el juego de la escritura y de la redacción: la manera en que logran engañarnos y desorientarnos a través de la elipsis, la intriga, la tensión y la espera que sostienen hasta el final; la irresolución de los hechos narrados y la revelación pausada de los elementos o detalles que abren paso a la propia imaginación. El autor, de forma silenciosa, le dedica a su lector imaginario aquella lógica desapercibida, no enunciada, sobreentendida, que envuelve discreta y perfectamente el sentido de la narrativa.
Me inquieta e interesa la idea de la percepción errada, el modo en que el escritor logra confundir y enredar a quien lo lee, postergándole el esclarecimiento de ese algo que estuvo desde el principio pero que sólo se hace ver cuando nadie lo espera. Uno cree estar descifrando la trama correcta, cuando en realidad, por debajo de ésta, se asoma otra que contiene la clave de todo el relato. La historia dentro de la historia, la que te hace volver sobre el cuento para encontrarle el sentido. En el fondo uno como lector la espera impacientemente, como aquel final imprevisto que sabes que llegará para interrumpir la infinitud del cuento.
Destaco también el concepto que plantea Borges acerca del doble vínculo de la narrativa, el mismo implica que todo aquello que oigo pueda ponerse en palabras y que éstas, a su vez, puedan contarse a viva voz. ¿Es posible en todos los relatos?
“La verdad de la historia depende siempre de un argumento simétrico que se cuenta en secreto”. Pero, ¿hasta dónde es posible llegar a la verdad en un relato? ¿Cómo logro entrar en esa trama desdibujada que encierra certeza? ¿Cómo cifrarla? Ese es el poder de la escritura y de las palabras. Contienen cierta magia y encanto que de a poco te van envolviendo. Al menos eso creo yo.
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