Para futuros instantes de escritura
Alumna: García Visconti Victoria Pilar
Comisión: 07
Profesor: Castellano Santiago
Modalidad: Individual
Consigna: vayan leyendo "Temporalidad" y "La mirada en el relato" de Ana Sarchione: y hagan preguntas para profundizar o sobre lo que no se entienda, y comenten qué ideas o procedimientos robarían para su escritura.
Tras la lectura de los textos propuestos y escritos por Ana Sarchione, he podido profundizar mi conocimiento acerca de la narración, la historia y el relato; me he encontrado con que el proceso narrativo es quien convierte a la historia en relato, es decir, aquel discurso que pone en palabras los acontecimientos de la historia. Al mismo tiempo, ha llamado mi atención la propuesta de Genette pues presenta a la narración como aquella que desenvuelve en simultáneo la historia y el relato. ¿Es siempre posible? ¿Cómo lo logra?
El orden cronológico ideal – que sostiene que los sucesos de la historia se despliegan de forma lineal – no ha de cumplirse a rajatabla en el ámbito del relato puesto que existen diversos acontecimientos que se suceden al paralelo (a distintos personajes) que no lo permiten. Me ha interesado también la idea de que el tiempo de la historia, cuyo orden se establece a partir de una secuencia lógico causal, no ha de ser el mismo que el tiempo del relato. Al ser dos instancias temporales diferentes, es realmente necesario proponerse comprender la complejidad que suponen.
Coincido con Sarchione cuando manifiesta que cada narrador toma sus propias decisiones de acuerdo al discurso narrativo que desea armar ¿De qué manera presenta los hechos de la historia? ¿Puede alterar la secuencia cronológica de ésta?
Tal como los describe Ana en las líneas de su texto, la narración posee su propia dimensión temporal, el narrador es capaz de modificar la linealidad/orden lineal de la historia gracias a los términos de prolepsis (anticipaciones) y analepsis (retrospecciones) que se sitúan delante o detrás del tiempo base, aquel con el que empieza la narración. Luego de haber evaluado ambos conceptos a fin de proponerlos para próximas escrituras personales, me entusiasma la idea de añadir un retroceso en el tiempo, una vuelta hacia el pasado que recupere hechos de aquel entonces y le otorgue sentido a mi relato.
Asimismo, tomaría prestado aquel procedimiento que le otorga un grado de agilidad o lentitud al relato: la noción de ritmo narrativo nos invita a conocer que el narrador puede apurar la referencia de sucesos o demorar su narración de acuerdo a la importancia que le adjudique a los mismos.
Para futuros momentos de escritura me gustaría añadir escenas de diálogo ya que permiten que el relato avance con el ritmo de éstas al mismo tiempo que adentran al lector aún más en la historia –le permiten sentirse partícipe del acto/secuencia -. De igual modo, tendría en cuenta las pausas descriptivas y reflexivas que, si bien interrumpen la duración de la historia, posibilitan que el lector conozca la interioridad o con mayor detalle a los personajes, escenarios u objetos.
Cada narrador le otorga a los hechos diversos niveles de importancia pues conoce cuales son los que verdaderamente mueven el relato; decide qué contar y qué no, qué hechos narrar en varias oportunidades y cuales evitar, de acuerdo a sus intenciones propias. Desde mi perspectiva, la elipsis abre paso a que el lector formule hipótesis de lectura a raíz de hechos que debieron suceder, pero no han sido expuestos en el relato. Podría utilizar este recurso a la hora de escribir como también así la narración reiterada, cuya insistencia sobre determinado suceso denota que el mismo presenta un valor significativo.
Tras la lectura “La mirada en el relato”, me ha interesado comprender la manera en que la percepción de aquel que cuenta/narra - es decir su perspectiva narrativa - incide en el lector; éste conoce los sucesos desde el foco de dicho narrador, desde su propia evaluación o su “versión de los hechos”. La focalización, forma específica de ver las cosas – desde un prisma distinto-, ha dejado de luchar contra aquella mirada objetiva que supone la represión de la propia interpretación/percepción respecto de un objeto, persona o acontecimiento.
El punto de vista del narrador (ya sea interno o externo) presenta una visión parcial de los sucesos, un recorte de la realidad que plantea en consecuencia un condicionamiento/ limitación de aquello que se puede ver y aquello que no: como si fuese una fotografía. Se narra desde un enfoque que contempla los hechos de determinada forma. Tal como se menciona anteriormente, importa sobre lo que se desea focalizar como también así aquello que no se tiene en cuenta; resulta interesante conocer lo que se narra y lo que no - aquello que se muestra o se calla - dado que instala una manera de ver que invade sin resistencia a quien lee.
Destaco la idea de Sarchione que aclara que la imagen que el lector recibe sobre determinado personaje, objeto o suceso- además de hallarse determinada por el focalizador - le posibilita al lector conocer a quien narra: qué personaje elige focalizar, cuál es su actitud frente a un determinado objeto, sus interpretaciones/evaluaciones.
Me gustaría contar una historia que me permita introducir una variación en el punto de vista del personaje de forma tal que se aprecie su evolución, aprendizaje y cambio de visión.
Por último, deseo admitir que, a la hora de escribir, me inclino por “la visión por detrás” (Narrador > Personaje) ya que este método/procedimiento le concede al narrador saber más que sus personajes, permitiendo un acercamiento con el lector gracias a que se pone en manifiesto la interioridad de los pensamientos y sentimientos de éstos (o al menos así lo siento yo). Igualmente, debería intentar “la visión con” (Narrador = Personaje) pues me genera una gran intriga que puede resultar de ello.
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