En teoría...todo es práctica

Alumna: García Visconti Victoria Pilar

Comisión: 07

Profesor: Castellano Santiago

Modalidad: Individual

Consigna: Del cuadernillo sobre Diarios de escritores, leer el ensayo de Gusmán y dos de los diarios a elección: anotar ideas para tomar para el propio diario, características y posibilidades del género, algún rasgo de estilo que les llame la atención. 

A partir de la lectura del ensayo de Gusmán acerca del diario como género de la literatura, he podido extraer ciertas nociones que me gustaría aplicar y/o poner en práctica en la narrativa propia: la idea de ver o definir al diario como la vida escrita me parece muy hermosa (pues, en definitiva, es realmente ello), utilizar al género en cuestión para narrar crónicas de viajes o, asimismo, el uso de detalles y la sinceridad a lo largo de la escritura del diario me resultan recursos útiles a tener en cuenta para próximos momentos de escritura. 

Gusmán nos invita a conocer también la cuestión del tiempo del diario, aquel tiempo autónomo, independiente del real, pues los momentos de escribir – a mi entender- nos aíslan de la realidad para sumergirnos en otra paralela donde tan solo importa volcar los pensamientos en palabras, la “manía de dejar todo por escrito” como señala Piglia. La escritura va fluyendo libremente, hay que dejar que fluya el pensamiento y los sentimientos que nos atraviesan el alma; muchas veces la escritura nos ordena aquel desorden de emociones y reflexiones que nos ocupan la mente, aquello que pensamos le damos “vida” a través de palabras. 

La intimidad que caracteriza al género en cuestión es realmente llamativa, lo vivido se materializa en puñado de letras escritas que poseen un significado emocional y personal. “Lo escrito ya no es propiedad del autor sino del diario”, la vida del que escribe es ahora compartida con aquel conjunto de hojas y palabras que encarnan recuerdos y memorias. 

“Todo lo que soy está ahí. Pero no hay más que palabras.”

A continuación, he citado ciertas frases de dos grandes autores de la literatura – que se hayan dentro de “Diarios de escritores” - pues su agradable e interesante escritura merece ser aludida de forma textual sin ninguna modificación: 

“¿Qué clase de diario quisiera que fuera el mío? Algo de ilación suelta, pero no desaliñada, tan elástico que pudiera abarcar cualquier cosa solemne, ligera o hermosa, que se me ocurriera.” (Virginia Woolf)

 “…creo que me he hundido en las más profundas capas de mi mente. Ahora puedo escribir y escribir y escribir; es la sensación más feliz del mundo.” (Virginia Woolf)

“…instalarme en una zona sagrada dentro de la cual es posible mirar el mundo. Refugiarse entonces en un espacio frágil y luminoso, es decir, dejar del otro lado la oscuridad. (…) ahí escribo; aquí la lucidez, afuera la realidad.” (Ricardo Piglia)

 “Cuando leo lo que escribí en el pasado encuentro bloques de experiencia y solo la lectura permite reconstruir una historia que se desplaza a lo largo del tiempo.” (Ricardo Piglia)

“Se trata siempre de tomar decisiones, narrar es tomar decisiones. Nunca sé cómo va a ser la historia hasta que no la escribo. Y mientras la escribo, me dejo llevar por la intuición y por el ritmo de la prosa.” (Ricardo Piglia)

Los diarios leídos me enriquecieron plenamente, me dieron nuevas herramientas para próximos instantes de escritura propia pues me demostraron la belleza que se esconde detrás de aquellas letras que nacen de lo profundo del corazón. 

Comprendí que por más teoría que uno posea, la magia se halla en la práctica. En el escribir desde y con el alma. En el dejarse enamorar por las palabras y de sus múltiples posibilidades. En permitirse abrazar por ellas ciegamente, sin saber hacia dónde te conducirán. 

Práctica es encontrarse cara a cara con aquella hoja en blanco que, al igual que vos, espera ansiosamente conocer hacia donde llegarán juntas/os y que aprenderán en el camino. Práctica es una fiesta de letras constante que brota desde lo más hondo de nuestro ser. La práctica es una enseñanza. Es una nueva oportunidad.