La belleza de la oralidad

Alumna: García Visconti Victoria Pilar
Comisión: 07
Profesor: Castellano Santiago
Modalidad: Individual

Consigna: les pido que observen y anoten en el Diario cuáles son para ustedes las virtudes como narradores de los dos (Lavand y Dolina): cómo te enganchan, de qué manera trabajan la palabra, la pausa, el silencio, los cambios de tono, el humor, el dramatismo, la relación con el público. 

Tras haber visto y oído a los dos grandes artistas en cuestión, he podido percibir cómo ambos generan en su público una gran emoción, un profundo sentimiento de maravilla y admiración que envuelve a la audiencia continuamente. René Lavand, un prestigioso ilusionista argentino, logra con tan solo tres migajas de pan, un arte tan bello y encantador que deja atónitos a sus espectadores; su fascinante “magia” se halla en lo simple y es por ello que atraviesa sin preaviso los corazones de aquellos que lo observan, que miran su juego con “los ojos del alma”. 

Este célebre artista combina su entretenimiento con racimos de poesía y música que le otorgan a la escena un valor emocional sin precedentes. Recita diversas historias mientras realiza sus deslumbrantes juegos y por medio de sus palabras, tan sentidas y valoradas, logra cautivar la atención de su público y conmover sus almas: sin lugar a dudas, le añade belleza al asombro. 

Su forma poética de narrar se intercala con pausas justas y necesarias que seducen al espectador durante todo su acto; Lavand siempre ha intentado lograr un equilibrio entre aquello que se está haciendo y aquello que se está diciendo. La palabra siempre lo acompaña al momento de desarrollar su juego, es a través de ella que lograr trasmitir el amor, la sabiduría y la creatividad que tanto emociona a su audiencia. 

Alejandro Dolina ha de ser otro gran personaje del mundo del entretenimiento (escritor y conductor de radio y televisión) que presenta una manera especial y cálida de llegar a sus oyentes; su manera de contar y su vocabulario coloquial permite que éstos se acerquen aún más al relato y se conecten con la historia en sí misma. El carácter improvisado con el que aborda la narrativa, la forma en que trasmite sus pensamientos y su lenguaje tan cotidiano al momento de relatar, le brinda la posibilidad a quien escucha de generar un vínculo ameno con el narrador. Empatizar

Dolina adentra al oyente en la historia y lo deja fluir en su imaginación pues maneja con cautela e inteligencia la economía de la información. A su vez, realiza cambios de voz al introducir personajes, silencios precisos en diversos momentos del relato y lleva adelante reflexiones, interpretaciones y aclaraciones cuyos destinatarios son aquellos que lo escuchan. Su narración se vuelve cercana y acogedora, crea un clima que favorece la relación emisor-receptor. 

(Por último, me gustaría agregar una frase suya que me ha gustado mucho: “El universo tiende al olvido. La memoria es apenas una resistencia efímera.”











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